Práctica de Pilates
El método Pilates o simplemente Pilates, es un sistema de entrenamiento físico y mental creado a principios del siglo XX por Joseph Hubertus Pilates, quien lo ideó basándose en su conocimiento de distintas especialidades como gimnasia, traumatología y yoga; uniendo el dinamismo y la fuerza muscular con el control mental, la respiración y la relajación.
En sus principios fue llamado Contrología (Contrology), por el propio Pilates, debido a que enfatiza el uso de la mente para controlar el cuerpo, pero buscando el equilibrio y la unidad entre ambos. El método se centra en el desarrollo de los músculos internos para mantener el equilibrio corporal y dar estabilidad y firmeza a la columna vertebral, por lo que es muy usado como terapia en rehabilitación y para, por ejemplo, prevenir y curar el dolor de espalda. Se practica en todo el mundo y su popularidad es cada vez mayor.
Principios fundamentales
El método Pilates se ha desarrollado y ha dado lugar a una gran cantidad de estilos y aplicaciones distintas, existen unos principios fundamentales que deben estar siempre presentes:
• Alineamiento
• Centralización
• Concentración
• Control
• Precisión
• Fluidez
• Respiración
Concentración
Pilates demanda una concentración intensa. Quienes lo practican deben concentrarse constantemente en lo que están haciendo. Los ejercicios están fundamentalmente compuestos por movimientos controlados, muy conscientes, y coordinados con la respiración, con el fin de crear un cuerpo armonioso, coordinado, musculado y flexible. A través de la práctica, la mente va tomando conciencia de las capacidades, limitaciones, fortalezas y debilidades del cuerpo para mejorar el estado físico y mental. Es una actividad física muy técnica, donde la correcta ejecución de los distintos elementos que componen cada ejercicio es más importante que el número de repeticiones o series.
Control
Joseph Pilates llamaba a su método “Contrología” porque está basado en la idea de controlar los músculos. La razón por la cual quienes lo practican deben concentrar tan intensamente es para poder controlar todo aspecto de cada movimiento del cuerpo.
Centro de energía
El centro de control- o centro de energía- situado por Pilates en la parte inferior del tronco, como una faja que rodea toda la zona lumbar y abdominal. El fortalecimiento de este centro es la clave de todo el método, lo que habilita al cuerpo a moverse libre y equilibradamente, evitando movimientos y compensaciones perjudiciales. Todos los movimientos se inician y se sostienen desde esta zona, cuya utilización debe estar siempre presente durante la práctica de los ejercicios.
Respiración
La respiración cumple un papel primordial en el método. Los resultados de la buena práctica son muy significativos: mayor capacidad pulmonar y mejor circulación sanguínea son los primeros fines perseguidos, para traducirlos en fuerza, flexibilidad, coordinación mental y buena postura.
Se practica una respiración intercostal. Al inhalar se debe notar como las costillas se separan. En la exhalación, que suele coincidir con la mayor intensidad del ejercicio, se contrae primero el suelo pélvico, tirando de él hacia el ombligo, se prosigue hundiendo el ombligo, lo que hace que active el transverso del abdomen (que forma parte del “centro del poder”, o “power house”) y finalmente se cierran suavemente las costillas. Hacerlo en la secuencia inversa incrementa la presión sobre el suelo pélvico. En la respiración de Pilates se inhala por la nariz con la boca cerrada y se exhala por la boca entreabierta lentamente y con presión con el sonido “SSS”.
La respiración debe ser en todo momento lenta, continua y, durante ella, debe procurarse realizar inhalaciones y exhalaciones de la misma duración.
« En 10 sesiones, te sientes mejor. En 20 sesiones, te ves mejor. En 30 sesiones de pilates consigues un cuerpo completamente nuevo.»
(Joseph Pilates)